REVISTA PYMES
- oldtraditionbike
- 13 sept 2015
- 3 Min. de lectura
APROVECHAR EL CAMBIO DE HÁBITOS
· Julio 2014 ·

Facundo Pereyra tiene 17 años y es un apasionado del negocio que instaló con su mamá, Carina Buján. Si no, como explicar que, apenas se levanta, se va a armar bicicletas. Por la tarde,va a la escuela y cuando vuelve sigue en la bicicleteria hasta cualquier hora de la noche, más gran parte del fin de semana. Old Tradition BIKE. Asi se llama el emprendimiento que se especializa en bicicletas inglesas clásicas, desde el que ofrecen reciclar la que ya se tiene, diseñar un modelo exclusivo - Por ejemplo, han armado bicicletas para las publicidades de bodegas de primera línea, y para clientes que las quieren con determinados detalles -, o adquirir distintos modelos dentro de una línea inglesa clásica u otra clásico-moderna. Ahora, la diferencia entre esta bicicleteria y otra cualquiera es que Pereyra y Bujan descubrieron que habia un segmento de usuarios de bicicletas que, además de usarla como medio de transporte o para hacer ejercicio, la querian como accesorio.
A este análisis sumaron dos variables estratégicas que les dieron idea del potencial mercado: el crecimiento de las bicisendas en la ciudad de Buenos Aires y el hecho de que cada vez más gente opta por una vida más saludable. Así concluyeron que había una demanda que ellos podìan interpretar y cubrir, con mejores precios y calidad que la competencia. Y no se equivocaron.
Aunque, un detalle para nada menor es que la bicicletería fue parte de Facundo desde que nació: "En la planta baja de la casa en la que viví toda mi vida, está el negocio de mi abuelo Pedro Pereyra, que es bicicletero".
Como si fuera poco, en la casa de los abuelos maternos, Facundo pasó gran parte de su infancia, ya que ellos lo cuidaban muchas veces mientras su mamá trabajaba. Y ese abuelo, Ricardo Buján, era juguetero y tenía el taller en su casa. "Allí, yo pasaba horas jugando, armando mis juguetes", recuerda el emprendedor.
Esta conjunción hizo que Pereyra no sólo quisiera trabajar con las bicicletas, "sino con un segmento bien definido, que son las inglesas, que son para toda la vida".

Pero, el puntapié inicial lo dio un amigo, su hermano, en 2011. "Me pidio que le restaurara una bicicleta para su novia. Luego, restauré la de mi mamá, la que tenía de chica", cuenta Pereyra.
Las bicis comenzaron a gustar, la voz se corrió y los familiares, los amigos y los conocidos de esos amigos empezaron a pedirle que reciclara sus bicicletas.
"Ahí creímos ver que allí había un negocio. Entonces, mi hermano me ayudó con el nombre del negocio, luego armé el Facebook y hablé con mis padres, para que me ayudaran", explica Pereyra.
Su mamá lo ayudó a definir el negocio, a inscribirlo y a promocionarlo. Ya hacia fines de 2012, habían probado que Old Tradition BIKE funcionaba y decidieron darle otra vuelta de tuerca al negocio: contrataron a una fotógrafa profesional y sacaron ideas de la revista Pymes "acerca de cómo promocionarse y cómo cuidar la relacion familiar y el negocio ,entre otras cosas", sostiene Buján. Publican en Mercado Libre y rearman el Facebook, dándole un sesgo más comercial. También imprimen unos tarjetones que reparten, promocionando las bicicletas, en bares y otros espacios comerciales, cercanos a las bicisendas porteñas. "Los sábados, o cuando salía de mi trabajo", me iba a repartir las tarjetas cuenta Buján. También instalaron un showroom que se puede visitar concertando una cita previamente.
Así, en menos de un año, pasan de reciclar las bicicletas de los conocidos, a armar y vender, siempre en el mismo estilo cerca de 40 bicicletas mensuales. "En ese momento, decidí invertir un dinero que había ahorrado y compramos un utilitario para hacer las entregas", explica Buján.
Es que la entrega de la bicicleta es un aspecto importante para los emprendedores. De hecho, son ellos mismos los que las llevan. "Para alguien que eligió hasta el último detalle de su bicicleta, que se la lleves, le des las últimas recomendaciones, le saques las dudas que pueda y le cuentes cómo puede seguir mejorando ese 'accesorio', es muy importante", evalúan.
"La cara de alegría de la persona cuando le entregamos la bici es impagable", comenta Buján. Y su hijo y socio agrega: " Es que nosotros, además de una bicicleta, ofrecemos un servicio personalizado, donde las singularidades de cada uno son tenidas en cuenta". Esas mismas singularidades que sus abuelos, uno en la bicicletería del barrio y otro haciendo juguetes artesanales, supieron tener en cuenta y le transmitieron.
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